Mostar es la segunda ciudad de Bosnia, y desgraciadamente es conocida en el mundo entero por ser parte del escenario en el que tuvo lugar una de las últimas guerras de Europa. Su puente, el Stari Most,  se ha convertido en el símbolo de aquella guerra, al ser destruido y posteriormente reconstruido. Visitar esta ciudad supone una gran clase de historia. Pero es que además del puente, Mostar tiene muchas otras cosas por ver…

Aquí van unas cuantas cosas imprescindibles para visitar en Mostar.

Stari Most

Es sin duda el emblema de la ciudad de Mostar. Su construcción fue encargada por el Sultán de Estambul, y lo que más llama la atención es el ángulo de su arco, las técnicas de construcción que se utilizaron para lograrlo y la belleza de la piedra.

Con el tiempo, el puente fue cargándose de simbología ya que era considerado un elemento de unión entre Oriente y Occidente.

En 1992 Mostar, al igual que otras muchas ciudades bosnias, sufrió los bombardeos del ejército serbio y todo aquello derivó en una guerra étnica y fratricida entre católicos croatas y bosnios islámicos. Finalmente los croatas encontraron un punto débil en el puente, dicen que recibieron un soplo, y tras varios disparos lo derribaron y con él todo un símbolo de la ciudad de las raíces culturales de la población.

En 2001 se inició la reconstrucción que acabó con su inauguración en 2004 bajo la colaboración de la UNESCO. En la librería que se encuentra junto al puente se expone un documental sobre la historia de este puente.

Bazar de Kujundziluk

Recorriendo la orilla este del río Neretva se encuentra el barrio musulmán y quizá la zona con más encanto de la ciudad, en las inmediaciones del Stari Most. Allí, un montón de puestos y comercios a modo de bazar árabe ofrecen souvenirs y dulces típicos.

Torres Helebija y Tara

Estas torres hermanas flanquean el Stari Most a ambos lados. La primera, utilizada como mazmorra en época otomana es hoy parte de un museo sobre la historia de la ciudad y la construcción del puente y en la segunda se pude visitar una exposición fotográfica sobre la guerra que destruyó gran parte de los Balcanes.

Mezquita Koski Mehmed Pasha

Situada a las orillas del río Neretva, es posiblemente la mezquita más visitada de la ciudad. Se puede subir al minarete y cuenta, como muchos otros templos con un pequeño cementerio.

Mezquita Karadjoz-bey

Fue una de las que más daños sufrieron durante la guerra y volvió a abrir sus puertas en 2004. Su interior es bastante similar al de la mezquita anterior, pero desde su alminar se ven todavía los recuerdos de la guerra al otro lado del río.

Mezquita de Vucjakovica dzamija

Situada en la calle Marsala Tita, en pleno centro y muy cerca de la calle principal de comercios, es otra de las muchas mezquitas de Mostar. No os perdáis el cementerio que hay al lado de ella. ¡Escalofriante!

La zona de Bulevar

Al otro lado del puente, en la orilla izquierda, se encuentra la zona conocida como Bulevar, que responde a la antigua frontera durante la guerra entre ambos bandos. El estado de destrucción de los edificios es todavía notable, aunque hayan pasado ya 20 años desde la destrucción del puente.

La Plaza de España

En los alrededores del Bulevar se encuentra la plaza de España, llamada así en agradecimiento a la ayuda prestada por nuestro país tras la guerra de Bosnia. En ella, destaca el edificio de la Escuela de Gramática, el cual recuerda a una plaza de toros, y el monumento a los soldados españoles caídos en acto de servicio.

Iglesia Franciscana

Se encuentra también en la orilla izquierda del río Neretva, en la zona nueva. Fue prácticamente destruida durante la guerra pero ahora su campanario, reconstruido, es la torre más alta de la ciudad.

La Catedral de Mostar

Está algo más alejada del centro y es un edificio completamente nuevo que cuenta también con un enorme campanario. Moderna, quizás demasiado para los edificios que le rodean. No nos gustó nada la verdad.

Gastronomía típica

En Mostar no puedes dejar de pedir un Cevappi, un plato muy simple a base de carne picada, cebolla y pan, en algunos sitios también ponen salsa; y los dulces árabes como la baklava y el kadayif, también forman parte de la gastronomía balcánica.

También se pueden visitar los baños turcos y una casa turca de más de 350 años de antigüedad que no es sino un museo que ilustra la vida de los hogares turcos.

Además, si tienes la oportunidad merece la pena, y mucho, salir a dar una vuelta por los alrededores del Stari Most una vez caída la noche, con los edificios y el puente iluminados, impresionante.

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