Investigar a un investigador. Ese era el reto que nos habíamos propuesto. Y qué mejor que hacerlo con el mejor, nada menos que con Sherlock Holmes. Es por ello que en nuestro tiempo por Londres quisimos dedicar unas horas a tan famosa dirección, el 221b de Baker Street, la dirección más famosa del mundo dicen, y casa de nuestro detective.

Tan famosa es la dirección que la estación de metro adopta el nombre de la calle, Baker Street, y en ella pueden verse detalles que hacen referencia a Sherlock. Si no te das cuenta de ellos no te preocupes, pues a la salida hay una estatua gigante del personaje con la que es inevitable pararse a sacarse una foto.

Antes de entrar en la casa hay que hacer la cola de rigor. da igual que vayas pronto. es tal la curiosidad que despierta el sitio que siempre está lleno de gente. Además como el acceso a la vivienda se hace en  pequeños grupos de gente a cada x minutos, es inevitable el acumule de gente alrededor de su puerta.

La casa tal y como se cuenta en la novela es de estilo georgiano y consta de planta baja y tres plantas además de un entresuelo. En la planta baja no encontramos mas que las escaleras que suben a las habitaciones y una puerta en la que se presupone vivía la señora Hudson, dueña del edificio y casera de Holmes. Y digo presupone pues no se puede pasar, y tras de ella se encuentra la tienda de recuerdos, a la que se accede desde el exterior a través una puerta situada justo al lado de la de la vivienda.

Es en la tienda de souvenirs donde se encuentran las escaleras que bajan al entresuelo de la vivienda y en donde podemos encontrar un salón biblioteca y unos servicios (utilizables) de época. Vale la pena acercarse a la tienda y verlos aunque sea a la salida de la casa.

El primer piso es sin duda el más interesante de la visita. Allí encontramos el despacho y la habitación de Sherlock y en él muchos de los tan característicos objetos tantas veces leídos en sus novelas, como la lupa, la pipa y el violín.

Para encontrarnos con la habitación del Doctor Watson, debemos de subir hasta el segundo piso , donde además encontraremos varios objetos sobre los personajes y sus casos.

En el último piso es donde conocemos mediante figuras de cera a los principales enemigos de Sherlock en sus distintos casos, y en donde por supuesto no falta su malvado archienemigo, el profesor Moriarty.

La casa museo de Sherlock Holmes abrió sus puertas en 1990. La entrada cuesta 8 pounds para adultos y 5 para los niños. Si has leído sus libros o visto sus aventuras en televisión, disfrutarás con la visita. ¡Elemental, querido lector!

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