Posiblemente no sea la ciudad de Euskadi más famosa ni tampoco la que más visitantes atraiga, pero tal y como demuestran las estadísticas , Vitoria va ganando adeptos año tras año, y es que son muchos los encantos que ofrece la capital del Pais Vasco.

Su casco antiguo medieval, en forma de almendra, en torno a la colina donde se desarrolló la ciudad en sus comienzos es de gran belleza y cuenta con multitud de joyas arquitectónicas, como el palacio de Bendaña, hoy en día es la sede del museo BIBAT,  donde se encuentra el museo de arqueología y el famoso museo Fournier de naipes (de entrada gratuita, como casi todos los museos y visitas guiadas de la ciudad), el palacio de Escoriaza o el palacio de Villasuso.

Pero sin duda la mayor joya es la catedral vieja de Santa Maria, hoy y desde hace quince años cerrada al público por restauración de sus maltrechos pilares, aunque hay una visita guiada por su interior y sus andamios donde descubres todos los pequeños rincones que esconde esta catedral. La verdad que la visita es increible. Además esta catedral sedujo al escritor Ken Follet para la continuación de su famosa obra «Los pilares de la tierra» inspirándose en esta catedral para realizar su obra «Un mundo sin fin», definiéndola como una de las tres catedrales más interesantes del mundo. Por ello, a los pies de la catedral podemos encontrar una escultura del escritor.

Otras joyas que ofrece la ciudad son la Plaza de España (donde se encuentra la oficina de turismo) y la famosa Plaza de la Virgen Blanca, (patrona de la ciudad), y la Basílica de Armentia, en las afueras de Vitoria, a la que se puede acceder por el Paseo de la Senda, una de las zonas con más «glamour» de la ciudad. Es un paseo peatonal en el centro rodeado de las mejores villas y palacetes de la ciudad. En este paseo encontramos los palacios de Aujuria-Enea, residencia del Lehendakari en Vitoria, el Palacio de Zulueta con sus verdes jardines o el Palacio Augusti, hoy, museo de Bellas Artes de la ciudad.

El museo de Bellas Artes es de entrada gratuita y en su interior se encuentra una gran colección de pintores vascos. Es uno de los museos más importantes de la ciudad junto con Artium,  el museo de arte contemporáneo de la ciudad.

Además Vitoria es una ciudad llena de espacios verdes. Parques y jardines abundan por toda la ciudad, y es una de las ciudades más respetuosas con el medio ambiente, lo que le ha valido ser designada como Capital Verde Europea 2012.

Pero Vitoria no son sólo parques, plazas, palacios y museos. De sobra es conocida la fama de la cocina vasca y sus famosos pintxos. Y en Vitoria no se quedan atrás. En el casco medieval, las calles Pintoreria y sobretodo la calle Cuchillería, están llenas de pequeños locales donde tomar un buen pintxo.

Otra de las zonas de pintxos de la ciudad son los alrededores de la Plaza de la Virgen Blanca, sobretodo la calle Dato, una de las más transitadas de la ciudad. Restaurantes como el Saburdi o el Usokari con sus pintxos harán las delicias de cualquier buen comensal, todo ello regado con un zurito (cerveza) o un txikito (vino), como manda la tradición.

En definitiva, Vitoria parece ser un destino perfecto; Tapada por otras ciudades de la zona para la mayor parte del público, pero con gran riqueza que ofrecer en su interior y una gastronomía que mmm…

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