Sin duda alguna, la imagen más representativa de la ciudad de Colonia es su bellísima catedral. Situada en el mismo centro de la ciudad, al lado del río Rhin es el punto de encuentro de la gente (sobre todo la gente joven) para disfrutar de las tardes por los distintos bares, restaurantes, terrazas y plazas y parques de los alrededores. Casi toda la vida de la ciudad gira en torno a la catedral.

La catedral, de estilo neogótico comenzó a construirse en 1248, pero no fue terminada hasta 1880, debido a que en el año 1510 su construcción fue interrumpida por falta de financiación, y la catedral quedó a medio terminar hasta el año 1842, cuando se iniciaron nuevamente las obras de construcción de la catedral, acabándola finalmente en octubre de 1880. En ese momento, llegó a ser el edificio más alto del mundo, con una altura de 127 metros. Por ello, subir a su torre es algo obligatorio, ya que permite obtener unas vistas increíbles de la bonita ciudad de Colonia.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la catedral fue de lo poco que se salvó de los bombardeos, aunque sí que sufrió destrozos en una de las torres, y se mantuvo así durante varios años antes de ser reparada.

La catedral de Colonia es la mayor catedral de Alemania, y la segunda catedral gótica del mundo, y en ella destaca la campana balanceante más grande del mundo, y en su interior, por supuesto, la tumba de los reyes magos.

Es el monumento más visitado de Alemania y la verdad es que una vez que estás allí a sus pies entiendes el porqué lo es, su belleza y lo que significa para la ciudad, ya que a parte de ser la imagen de la ciudad también es el motor alrededor del cual gira la ciudad.

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