Brujas es sin duda una de las ciudades con más encanto de Europa. La famosa «Venecia del norte» (debido a sus canales y con el permiso de Amsterdam y Estocolmo) es sin duda una visita obligada cuando se tiene la oportunidad de viajar a Bélgica.

A tan solo una hora de Bruselas, he tenido la suerte de visitarla varias veces ya que es el lugar por excelencia al que llevar a las visitas. Y la verdad es que a pesar de las veces que he estado, la sensación que percibes al recorrer su casco histórico es algo mágico. Es por ello por lo que la Unesco la nombró patrimonio de la humanidad en el año 2000.

Personalmente lo mejor es seguir tu propio instinto, olvidarte de mapas. Andar por el centro, meterte por sus callejuelas y sobretodo investigar sus rincones.

La cantidad de pequeños paraisos escondidos que nos ofrece la ciudad es fascinante, y aun lo son más, si eres capaz de abstraerte del tumulto de turistas e introducirte en la època medieval a la que sus edificios te invitan.

De Brujas destacan, además de sus preciosos canales, la plaza principal con su campanario, al que se puede acceder previo pago de 8 euros (precio estudiante), y desde el que puedes obtener unas vistas de Brujas alucinantes.

Destaca también la plaza del Brug, con el ayuntamiento de la ciudad, y donde encontramos una pequeña iglesia privada en la esquina de la plaza, en la que exponen «la verdadera sangre de cristo», y donde puedes entrar a contemplarla y a pedir por tus oraciones.

Siguiendo con la ruta improvisada por la que las mismas calles te atraen, se acaba llegando a la Iglesia de Nuestra Señora, que para mi gusto es preciosa, incluso más que la Catedral de San Salvador, en cuyo interior podemos encontrar una Piedad de Miguel Ángel. Es interesante ver además el Begijnhof, abierto ahora para el público, así como su antiquísimo hospital, en el mismo centro de la ciudad y con aire medieval.

Para los amantes de la buena cerveza, hay una fábrica-museo de cerveza, donde te enseñan toda la elaboración. Además, puedes tomar alli mismo la mejor cerveza de la ciudad, la Brugse Zot. Para los que viajan en pareja, no deben olvidarse de acercarse a dar un paseo por el «Minnewaterpark», el lago de los enamorados donde las vistas son preciosas.

Además de todos estos atractivos turísticos, no hay que olvidarse de los canales, donde por un módico precio te dan una vuelta en barca por los canales. Personalmente, yo no lo he hecho nunca, puesto que me recuerdan a barcas con rebaños de turistas. El negocio ha dado paso al «paterismo» perdiendo gran parte del encanto del paseo. Podeis comprobarlo en la foto.

Otra cosa que tampoco me gusta son los carros de caballos dando vueltas por la ciudad a todos los turistas. Si, se que es parte también de la magia, pero personalmente pienso que la magia es más magic cuanto menos explotada esté.

A pesar de todo ello, la ciudad y su ambiente es increible, es un cambio de época, un viaje al pasado. En definitiva, es un sitio muy recomendable siempre, incluso cuando ya se ha estado, porque de verdad que esta ciudad si sabes explorarla, no deja de sorprenderte.

Como consejo para visitarlo, y como conclusión de las veces que he estado visitándolo, recomiendo no ir en fin de semana, puesto que la cantidad de turistas es bastante notoria. Entre semana se reduce este número. Por otro lado, a partir de las seis de la tarde, cuando los turistas se marchan, la ciudad adquiere otra dimensión, la cual yo recuerdo gratamente. Creo que la vez que más disfruté y que curiosamente más rincones descubrí de Brujas fue en la soledad de la noche, con la tranquilidad y privacidad que dan las tenues luces de las pequeñas calles. Toda una experiencia.

Otra opción bastante recomendable es ir a Brujas habiendo visto previamente una película llamada «Escondidos en Brujas». Así a la vez que visitáis Brujas podréis reconocer muchos de los escenarios donde se rodó la película. Aquí podéis ver algunos de los escenarios que yo encontré y su comparación con los fotogramas de la película.

Por cierto, si visitais Brujas merece muchísimo la pena un músico callejero el cual suele estar bajo la torre del campanario, aunque se va moviendo por distintos puntos, y el cual me pareció sencillamente espectacular. Este es el personaje en cuestión. De verdad que es una auténtica maravilla.

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