Lleida es un territorio con multitud de lugares con encanto, pero sin duda, uno de mis favoritos es la pequeña localidad de Montsonís, en la comarca de La Noguera, un lugar rodeado de naturaleza que parece vivir anclado en el pasado, y más concretamente, en la época medieval. Y buena prueba de ello es el castillo con que la localidad cuenta y que aún hoy en día sigue siendo habitado por los señores del castillo. Motivo por el cual, la bandera sigue todavía ondeando en lo alto de la torre del Homenaje.

El castillo de Montsonís fue construido en 1024 por orden del Conde de Urgell con la finalidad de proteger las tierras conquistadas de las razzias musulmanas y ayudar así, a asegurar la repoblación de los cristianos procedentes de la vieja Cataluña. Pese a estar habitado, el castillo abre sus puertas al público mediante visitas guiadas que permiten tener una experiencia medieval en primera persona imaginando como era la vida en antaño, además de conocer de primera mano como es la vida hoy en día en un castillo de estas características, teniendo el honor de haber sido el primer castillo privado de toda España que ha abierto sus puertas a las visitas del exterior.

Destacan ante todo, la torre del Homenaje, lugar desde el cual se obtienen unas vistas maravillosas de toda la comarca, el oratorio privado desde donde se seguían los oficios, su gran ventanal gótico con los festejadores, la bodega, con pasadizo secreto incluido por el que poder escapar en caso de asedio al castillo, la habitación del fugitivo, con ventana pero sin puerta de acceso, o la habitación del peregrino, donde tiempo atrás alojaban a peregrinos y que tiene a curiosidad que eran “encerrados con llave”, más que nada para que no andaran por la noche a sus anchas por las distintas habitaciones del castillo.

Son muchas las salas y habitaciones con que cuenta el castillo, y no todas son visitables. Las que todavía se usan como residencia de los señores del castillo mantienen su privacidad, pero en las que se pueden visitar, es inigualable la colección de escudos, fotografías y armaduras que podemos contemplar colgando de las paredes.

Pero sin duda, mi favorita es la cocina. Una cocina de época es la que no falta de nada. Espaciosa, con grandes mesas en las que sentarse a comer y repleta de cántaros, botijos y otros objetos de cocina colgados por las paredes.

Las visitas para grupos al castillo de Montsonís se realizan todos los días de la semana previa reserva. Durante el fin de semana, se hacen visitas los sábados a las 17,18 y 19 horas, y los domingos a las 11,12 y 13 horas.

Pero es que no solo vale la pena conocer el castillo de Montsonís. Alrededor de él, las callejuelas de la villa están llenas de encanto y siguen acorde a la época medieval. Sus calles y casas, todas empedradas, están llenas de encanto, además de la pequeña iglesia que tiene la villa y en cuya puerta pueden verse los escudos de las familias Ponts y Rocamora, dos de las familias por cuyas manos pasó el castillo antes de llegar de a Carlos de Montoliú , Barón de Albi, y treinta señor de Montsonís, que es el actual propietario del castillo.

Para completar la jornada, nada mejor que quedarse a dormir en alguna de las casas que ofrecen alojamiento en la villa, y así poder escapar del mundo actual y sumergirse durante unos días en la época medieval.

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