Visitar Potsdam es siempre una buena idea cuando uno está en Berlín. La ciudad, pese a su reducido tamaño, cuenta con multitud de palacios. Los más famosos son sin duda los palacios de los jardines Sanssouci, pero desde luego, hay muchos más.
Una buena excursión desde Edimburgo puede ser sin duda la de acercarse a ver el palacio de Linlithgow, un palacio precioso que tiene el honor de haber visto nacer a la reina María Estuardo. Se encuentra a tan solo 24 kilómetros de la bella Edimburgo, y perfectamente, puede verse en unas pocas horas.
Si hay un complejo que llame la atención en el centro de Bangkok, ése es el del Gran Palacio. Visitar el Gran Palacio de Bangkok es una de las visitas imprescindibles en una primera toma de contacto con la caótica capital tailandesa, en parte por su arquitectura increíble, la terminación de sus decorados y la monstruosidad de su tamaño.
Mucha gente se queda sorprendida al llegar a Zaragoza y descubrir que en ella reside un palacio que es considerado una de las joyas de la arquitectura islámica en el sur de Europa junto a la Alhambra y la mezquita de Córdoba.
El palacio de los Duques de Braganza está situado en la famosa «Colina Sagrada» de la ciudad portuguesa de Guimaraes, y es sin duda uno de los grandes atractivos de ésta.
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