Llama poderosamente la atención el hecho de encontrarse en un lugar como Miami y a tantos kilómetros de distancia de España un viejo monasterio español del siglo XII. Pero si hay algo aún más curioso, es la historia que el monasterio tiene detrás. Por eso en mi reciente viaje a Miami no podía dejar pasar de largo este lugar. Saqué un hueco, y aunque no fue del todo fácil encontrarlo, me acerqué a conocer el viejo monasterio español.

No se en que momento decidí ir a visitar el Miami Seaquarium, pero desde luego que no fue para nada una decisión acertada.

Si hay un barrio lleno de personalidad en Miami ese es Little Havana. El barrio cubano, formado a raíz de la llegada de los disidentes cubanos que huían del régimen de Fidel Castro a comienzos de la década de los sesenta, es hoy una de las zonas más carismáticas de la ciudad. Si uno quiere escapar de Miami, bien se puede marchar a Cuba durante unas horas. Para ello no se necesita ni salir de la ciudad. Simplemente hay que acercarse a este distrito situado al oeste del Dowmtown para disfrutar de un barrio con identidad propia sumergiéndose en la cultura, gastronomía y del estilo de vida de la vieja Cuba. Además, en Little Havana tendrás la oportunidad de adquirir verdaderos puros habanos hechos a mano, beberte un coco bien frío o probar el famoso guarapo.

Hace poco más de siete años Wynwood era un lugar peligroso. Poca gente pasaba por este olvidado distrito de Miami que cientos de puertorriqueños habían hecho suyo. El ghetto puertorriqueño, sobrenombre con el que se le conocía era uno de los mejores lugares para buscarse problemas en la ciudad, sobre todo al caer el sol. Muchas fábricas cerradas y solares abandonados llenos de graffitis formaban el escenario perfecto para una película de terror.