Nuestra ruta por los balcanes estaba llegando ya a su fin, pero todavía nos quedan dos días para disfrutar de Croacia. Hoy, en concreto, habíamos contratado una excursión para visitar la ciudad amurallada de Ston y la isla de Korcula, donde nació Marco Polo, un viajero donde los haya.
Hoy todo el día estaba dedicado completamente a descubrir y disfrutar Dubrovnik, una de las ciudades a la que más ganas le teníamos en nuestra ruta por los balcanes. El día anterior habíamos comprado la Dubrovnik Card, y hoy pensábamos amortizarla. Y además con creces.
Tras desayunar salimos a dar el último paseo por Mostar con el objetivo de comprar algo para comer, ya que pasaríamos el mediodía en el autobús rumbo a Dubrovnik para seguir con nuestra ruta por los balcanes. Finalmente nos decidimos por comprar unos Burek, una especie de hojaldres rellenos de queso, carne o espinacas y que son típicos en toda la zona de los Balcanes.
A las seis de la mañana salía nuestro autobús desde el puerto de Split dirección a Mostar. A pesar de que no hay mucha distancia entre las dos ciudades, entre las paradas que hace el propio autobús y las paradas obligatorias en las fronteras, son casi cuatro horas de trayecto hasta la segunda ciudad de Bosnia. Es seguramente el trayecto más lago durante nuestra ruta por los balcanes.
En nuestro segundo día por Split teníamos pensado recorrer aquellas cosas que aún nos faltaban por ver de esta ciudad, así como también hacer una pequeña excursión en el día a la localidad de Trogir, a poco más de veinte kilómetros .
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