Viena es una ciudad centroeuropea que mucho le debe a la música clásica. Muchos ilustres de la música clásica han nacido o vivido en Viena y su legado por la ciudad es incuestionable. Pero no solo de música vive el hombre y mucho menos Viena, quien tiene en la famosa tarta Sacher otro de sus puntos fuertes.

La tarta Sacher es un invento vienés. Si, la deliciosa tarta Sacher se inventó en Viena, ciudad de cafeterías, pastelerías y pequeños cafés. Y en este meritorio invento, dos pastelerías se reparten, valga la redundancia, el pastel: El Hotel Sacher y Demel, sin duda las dos pastelerías más famosas de Viena.

El Hotel Sacher, un icono de los cafés y pastelerías más clásicos de Viena, está a escasos metros de la Ópera, y con tan solo su nombre enseguida atrae a cientos de turistas que suspiran por probar una porción de la famosa tarta. Cada año, son 360.000 los trozos que se producen solamente de tarta Sacher en Viena. Y eso que de precio, es bastante cara, costando más de 7 euros la porción, aunque sin duda, uno no puede irse de la ciudad sin probarla, ya que es una de las cosas más típicas que hacer en Viena.

La pastelería Demel, fue fundada en 1786 por Ludwig Dehne, y está situada en el número 14 de la calle Kolhmarkt, y ya desde el primer momento uno se da cuenta que está en un sitio especial. Su fachada, es de estilo Rococó, y en el lugar, solamente trabajan mujeres desde hace más de 200 años. Tradicionalmente ha sido siempre una pastelería real, frecuentada por caballeros, jóvenes damas de la aristocracia y demás miembros de la alta burguesía vienesa. En algunos freetours por Viena o visitas guiadas se dice que la tarta Sacher se inventó en esta pastelería, pero que fue «robada» por el Hotel Sacher. Otros que fue al revés. La historia no es del todo cierta, aunque algo de verdad tiene.

Tarta Sacher: La historia de un pastel

Lo cierto es que la tarta Sacher fue inventada en 1832 por Franz Sacher, un joven aprendiz de repostería para deleitar al principe Klemens Wenzel von Metternich y a sus invitados en una de sus reuniones. Tras pasar unos años trabajando en Bratislava y Budapest, Franz Sacher decide volver a Viena donde monta una tienda de productos gourmet y vinos.

Por otro lado, Eduard Sacher, hijo de Franz y conocedor de la famosa receta creada por su padre, comienza a trabajar como repostero en una conocida pastelería de Viena (Si, amigos, Demel), donde comienza a hacer la tarta que hacía su padre. Años más tarde, Eduard, funda el hotel Sacher y tras el éxito de la tarta, comienza a venderla también allí.

Todo este lío de tartas entre pastelerías, unido al gran éxito de ambas, hizo que tanto el Hotel Sacher como la pastelería Demel lucharan por años para conseguir que se les reconocieran los derechos de la receta, algo que tras años de juicios la justicia dictaminó. El Hotel Sacher podrá comercializar la tarta sacher bajo el apelativo de Original Sacher Torte (Tarta Sacher Original), y la pastelería Demel bajo el apelativo de Eduard Sacher Torte. (Tarta Sacher de Eduard).

Aunque la tarta en si es prácticamente la misma lo cierto es que no es idéntica del todo, por lo que si sois golosos y os apetece probar la tarta Sacher en Viena, yo os sugiero acercaros a probarla a ambos lados y sacar conclusiones por vosotros mismos. Por cierto, que el día 5 de Diciembre es el día mundial de la Tarta sacher, así que si podéis y estáis por allí, no dejéis pasar la oportunidad de probar una rica tarta sacher en Viena.

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