En toda España se hace buen vino, pero en el sur, uno de los que más fama tienen son los vinos de Montilla, una zona vinícola cerca de Córdoba en la que se agrupan distintas bodegas y lagares. Con semejante panorama, resulta inevitable y muy tentador acercarse por la zona y visitar algunos de los muchos lagares y bodegas que Montilla tiene, y por supuesto, probar y dejarse seducir por algunos de los encantos y sabores de sus fabulosos y afamados vinos.

Un lagar es un sitio donde hacen vinos que se encuentra situado junto al viñedo y en el que normalmente el dueño vive allí, siendo ésta la gran diferencia respecto a una bodega. Miguel Cruz es el encargado de este proyecto en Lagar Blanco, la bodega más alta de la zona Montilla-Moriles, situada a una altitud de 600 metros, en una zona que presume de tener un suelo arcillo calcáreo propio de las regiones en las que se elaboran los mejores vinos del mundo.

Principalmente fabrican tanto vino fino como de tinaja, siendo el de la variedad de uva Pedro Ximenez, de finísima piel, la principal joya de los vinos del lagar.

Este lagar es visitable mediante la realización de una visita guiada que incluye degustación, y además de eso, pueden hacerse allí tanto celebraciones como reuniones, así como catas dirigidas por un enólogo experto y por supuesto adquirir buenos vinos a buen precio. Si estáis interesados, lo encontraréis en la Carretera de la Cuesta Blanca.

Otro de los puntos fuertes de esta ruta del vino por las bodegas y lagares de Montilla, son sin duda las Bodegas Cruz Conde, la única bodega subterránea de Montilla, y una de las más famosas tanto a nivel nacional como internacional.

Empezaron en 1902 haciendo vinos nada más, pero 20 años más tarde ya hacían también distintos anises y brandys de máxima calidad, y su logotipo, muy conocido, fue pintado por el famoso pintor cordobés Julio Romero de Torres.

En sus instalaciones centenarias podemos encontrar además de la ya mencionada bodega subterránea, otras bodegas, salas de degustación, enotienda llena de productos y un pequeño museo de piezas antiguas con alambiques de cobre de principios del siglo XX.

Se hacen visitas guiadas por la bodega de lunes a viernes de 9 a 14 (de septiembre a abril) y de 8 a 15 horas el resto del año. Los fines de semana, es imprescindible pedir cita previa escribiendo un correo o llamando a la misma bodega.

La tercera parada de esta ruta por los vinos de Montilla fueron las Bodegas Pérez Barquero, una de las bodegas que más exporta de toda la zona. Fueron fundadas en 1905, y desde entonces ha obtenido varios de los más preciados galardones del mundo del vino. Entre ellos una certificación de 100 puntos Parker, la máxima posible, en algunos de sus vinos.

La bodega es visitable y se puede hacer de lunes a domingo a las 12,30 horas, reservando eso si con antelación, tanto en la misma bodega como por teléfono o internet.

Y para comer por la zona, y ya que estamos descubriendo el mundo de los vinos de Montilla, nada mejor que un menú con maridaje con distintos vinos de la zona. Y el sitio indicado para hacerlo es la Taberna El Bolero, en el mismo Montilla, que dispone de un menú a muy buen precio lleno de productos de calidad con platos de la tierra y acompañados de los mejores vinos de la zona en un maridaje perfecto. Lo disfrutaréis, estoy seguro.

Las que leéis aquí no son las únicas bodegas y lagares que encontraréis en Montilla. La ruta del vino de Montilla agrupa varias bodegas y lagares, como los bodegas Toro Albalá o las Bodegas Navarro, y los lagares Cañada Navarro o La Primilla, que si uno está interesado, también pueden visitarse.

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